domingo, 6 de mayo de 2012

Las preguntas de Job (parte II)


Ser paciente como Job, es uno de los proverbios que se oyen alguna vez. Como hemos leído, la paciencia no era precisamente una de las virtudes de Job. Por el contrario, Job se ve desesperado y frustrado, ante una causa que considera perdida de antemanos, pues tiene que justificar su inocencia ante el Dios que puede acabar con él en un momento.

Pero ¿Quien era Job? Contrastando con la mayoría de libros en la Biblia, Job no tiene una genealogía que lo relacione de alguna manera con algún elegido de Dios, como podrías ser Abraham. Es probable que la tierra de Uz haga referencia a una población de Edom, pueblo descendiente de Ismael, hermano de Isaac e hijo de Abraham, del cual se piensa desciende el pueblo árabe. Sin embargo, algunos sitúan la historia de Job como anterior a la de Abraham.

Por otro lado, el libro de Job fue escrito presumiblemente en el periodo postexílico, es decir, cuando los israelitas regresaron del cautiverio de Babilonia. Algunos indicios de este probable hecho es la referencia a Satán en el primer capitulo y a la astronomía, ciencia por un lado olvidada por los hebreos primitivos y altamente desarrollada en Babilonia, en los capítulos 9 y 38. 

En referencia a Satán, es curioso observarlo más que como un opuesto a Dios, como parte de su corte. En este contexto, no se debe entender a Satán como el ángel caído enemigo de Dios, como en el nuevo testamento, pues este concepto fue evolucionando a lo largo de la historia de Biblia. De hecho, el antagonismo entre Dios y Satanás fue tomado de la religión persa que, como más adelante estudiaremos, tuvo una gran influencia en la postrera religión judía. Aquí es simplemente un entrometido ángel en la corte celestial que no confía en el juicio humano.

Las referencias a las fuerzas de la naturaleza, en el libro de Job, son muchas. Pero en especial, la referencia a algunas constelaciones es notable. En Job 9:9 se puede leer 

Él creó las constelaciones: 
la Osa Mayor, el Orión y las Pléyades, 
y el grupo de estrellas del sur.

También se hace referencia a dos animales mitológicos: el behemot y el leviatán. Por las referencias, se cree que el behemot puede ser un elefante o un hipopótamo, mientras que el leviatán sería el cocodrilo del Nilo. Sin embargo, estas criaturas pertenecen a una mitología. De hecho, el leviatán era considerado, por los israelitas, como un ser tan inmenso y poderoso que fue capaz de destruir el orden de la creación de Dios. Este mito podrías estar conectado con el mounstro Tiamat, al cual el dios Marduk de los babilonios, tuvo que vencer para restaurar el orden en el universo, así como menciona el salmo 74 que Dios lucho con el leviatán. Incluso, algo de este mito se puede leer en los primeros versículos del Génesis. 
Todas estas referencias tienen por propósito hacer mostrar la grandeza y majestad de Dios: El es quien mantiene unidas a las estrellas, y quien fue capaz de vencer a los mounstros que causan caos en su creación.La respuesta de Dios a Job, en los capítulos finales, tiene mucho que ver con esta descripción que se hace de Dios

Entonces el Señor le habló a Job de en medio de la tempestad.

¿Quién eres tú para dudar de mi providencia 

y mostrar con tus palabras tu ignorancia? 

Muéstrame ahora tu valentía, 
y respóndeme a estas preguntas: 
¿Dónde estabas cuando yo afirmé la tierra? 
¡Dímelo, si de veras sabes tanto! 
¿Sabes quién decidió cuánto habría de medir, 
y quién fue el arquitecto que la hizo?

Podría uno esperar una respuesta moral que justificará la actitud de Dios hacía el hombre, en este caso hacía Job, pero la contestación es muy diferente: Dios es el creador todopoderoso del universo, cuya sabiduría no puede ser cuestionada por un hombre incomparable con él en poder. Los capitulos 38 al 41 contienen el resto de la argumentación de Dios, en el cual se revela su majestad, grandeza y poder. Pero destaca un elemento que no más que un acto de arrogancia por parte del creador el universo, hace este alegato diferente a una simple demostración de fuerza: Aunque se puede leer entre lineas, en Job 38:33  se hace explicito es el orden que Dios puso a su creación a través de leyes inmutables

¿Conoces tú las leyes que gobiernan el cielo? 
¿Eres tú quien aplica esas leyes en la tierra?

A primera vista, esto podría parecer algo conocido por cualquier hombre. Pero recordemos que en la época en que situa la historia de Job, los fenómenos naturales eran entendidos como caprichosas acciones de dioses a los que había que contentar con sacrificios, y de los que uno nunca estaría seguro como actuarían. Entonces, esta cita es peculiar, ya que como se entiende en el contexto de la respuesta de Dios, existen leyes naturaleza que rigen en universo. Nada lejos de la reflexión del premio Nobel de Física, Steven Weinberg

Los científicos y otras personas a veces utilizan la palabra ‘Dios’ en un sentido tan abstracto y vacío que apenas se distingue de las leyes de la naturaleza.

Pienso que este es la lección que los escritores del libro de Job pretendían dejarnos. Muchas veces tratamos de entender el sufrimiento humano como consecuencias de nuestras acciones, pensando que esta en nuestro control. Esta es la actitud de los amigos de Job. Sin embargo, no siempre es así. Si bien podemos esforzarnos por llevar una vida sin pena ni angustia, las circunstancias adversas pueden llegar sin razón alguna. Tal como Dios permitió al ángel acusador hacer sufrir a Job. De hecho, podemos observar que en la historia Satán no actuó como un representación del mal, si no como la fuerza que provoca las penas y accidentes de la vida, sin razón alguna.

Esto nos podría llevar al fatalismo, a pensar que nada podemos hacer para afrontar la vida. Sin embargo, la imagen que nos dan los autores del libro acerca de Dios dista mucho de esta perspectiva. Si bien Dios puede permitir el sufrimiento humano, existen leyes en la naturaleza que podemos entender, tanto en el aspecto moral, como en el natural. A diferencia de la visión prevaleciente en las religiones antiguas y algunas creencias fatalistas modernas, Job nos da un reconfortante panorama: si bien nuestra capacidad de comprensión es limitada, existe un orden en el universo que si bien no podemos control, podemos aspirar a entender. 

De hecho, la parte más conmovedora del libro es el reconocimiento de Job de este principio de vida

Respondió Job a Jehová, y dijo:
  Yo conozco que todo lo puedes, 
Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
  ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? 
Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; 
Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
  Oye, te ruego, y hablaré; 
Te preguntaré, y tú me enseñarás.
  De oídas te había oído; 
Mas ahora mis ojos te ven.
  Por tanto me aborrezco, 
Y me arrepiento en polvo y ceniza.

Fue este actitud de humilde de Job, debido a su ignorancia lo que agrado a Dios y no el presuntuoso conocimiento de quien pretendía conocerlo y saber manipularlo para conseguir su bienestar. 

Después que el Señor dijo estas cosas a Job, dijo también a Elifaz: Estoy muy enojado contigo y con tus dos amigos, porque no dijeron la verdad acerca de mí, como lo hizo mi siervo Job. 

De hecho, esta es la victoria de Dios sobre el ángel acusador. Así como los amigos de Job pensaban que el actuar bien traía bienestar, mientras que actuar mal traía lo contrario, Satán iba más allá señalando que el bien que pueda existir en el ser humano es solamente consecuencia de sus circunstancias. Job mostró lo contrario, ya que si bien estuvo lleno de incertidumbre, siempre estuvo dispuesto a defender su integridad, aún en las circunstancias más adversas e incluso absudas posibles. 

El libro concluye con la restauración de Job, quien después de soportar el sufrimiento y sobre todo, llegar a una comprensión más profunda de este, de su inevitabilidad y la necesidad de aceptarlo y confrontarlo, tiene una vida plena y prospera.

Aprendamos a enfrentar el sufrimiento, como algo inevitable en nuestras vidas. Aferrarnos a la falsa seguridad que de alguna manera y otra, podremos evitarlo simplemente trae más dolor a nuestras vidas. Sin embargo, no olvidemos que el sufrimiento, como la misma vida, es pasajero y que si bien no podemos controlarlo, podemos entenderlo. Podemos ver los problemas como una oportunidad para crecer, para madurar, para fortalecer nuestro carácter. No siempre vamos a obtener lo que deseamos, pero siempre podremos actuar con paciencias, sabiduría y valor ante lo que no deseamos. Si nos preocupamos más comprendernos a nosotros mismos, nuestra naturaleza y el mundo que nos rodea, estaremos más preparados para afrontar las situaciones adversas de la vida.

Las preguntas de Job (parte I)


Quien ha mirado el antiguo testamento, puede encontrar una historia que parece fuera de su contexto general : la historia de Job. En esta, no se hace referencia al pueblo judío, y se cree que es anterior a los relatos bíblicos de Abraham, por lo cual probablemente, es una narración que sea más antigua que muchos de los relatos en la Biblia.

En ocasiones, se ha visto a Job como el ejemplo de la paciencia ante los sufrimientos de la vida. Para entender esto, recordemos como comienza este relato. Job era un ganadero importante del medio oriente, el cual prosperaba en todos sus negocios. Sin embargo, la cualidad de Job era su temor a Dios, por lo cual todos los días ofrecía sacrificios por el y su familia. La Biblia nos dice que tenía el favor de Dios, ya que era recto y justo como ningún otro hombre en la tierra. En los tiempos de Job, como en nuestros días, se pensaba que si un hombre actuaba de manera justa, entonces sería prosperado y, de manera recíproca, los malvados serían destruidos. Nuestra experiencia cotidiana nos muestra algo totalmente diferente. Y de esto trata el relato bíblico.

Un día, el ángel acusador se presentó delante de Dios y este le mostró que Job parece ser el más bondadoso y recto de los hombres. Pero el ángel indicó que tal bondad y rectitud provenía de su prosperidad material. Entonces Dios le permite acabar con las posesiones de Job, y con su familia. ¿Es cierto que los hombres pueden ser buenos solo cuando lo tienen todo? La Biblia no da una respuesta definitiva, pues muestra dos ejemplos opuestos. Por un lado, la esposa de Job le reclama su resignación y exije que maldiga a Dios y se muera. Por otro lado, Job simplemente expresa su sumisión ante su situación y objeta si han de aceptar, de parte de Dios, las cosas buena y no las malas. Ante esta situación la Biblia nos muestra dos actitudes ante las situaciones de perdida material, económico e incluso familiar ¿Pero que pasa cuando el ser humano es herido en su propia carne? Esta es la segunda parte del alegato del ángel, y pide a Dios que le permita atormentar a Job en su propia carne, y este es el inicio de los diálogos de Job.

Como se ha notado, Dios no tenia ninguna motivo para castigar a Job. De hecho, le consideraba el más justo de los hombres ¿Acaso no observamos que todos los días las personas sufren, sin motivo alguno, aún cuando tratan de obrar de la manera que les parece correcta? Esta es la situación de Job, y el esta consiente de ello.

Los diálogos que sostiene Job son con tres amigos cercanos que, como él, creían que una vida recta conducía a una vida de prosperidad. Pero Job empieza a experimentar en su propio ser que tal doctrina carece de sustento empírico: El es el más justo de los hombre, y Dios no actúa de acuerdo a esta justicia ¿Que puede hacer ante un Dios Todopoderoso que se ha obsesionado en destruirle? Estás y otras muchas preguntas son hechas por Job a lo largo del libro. Me gustaría compartirles algunas.


¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre? 


¿Por qué le da vida al que está lleno de amargura, 


al que espera la muerte y no le llega, 


aunque la busque más que a un tesoro escondido? 


(Job 3:20-21)


¿Qué es el hombre, que le das tanta importancia? 


¿Por qué te preocupas por él? 


¿Por qué lo vigilas día tras día, 


y lo pones a prueba a cada instante? 


¿Por qué no apartas tu vista de mí, 


y me dejas siquiera tragar saliva? 


(Job 7:17-19)


Si peco, ¿qué perjuicio te causo, 


vigilante de los hombres? 


¿Por qué me tomas por blanco de tus flechas? 


¿Acaso soy una carga para ti? 


¿No puedes perdonarme mi pecado? 


¿No puedes perdonar el mal que he cometido? 


Pronto estaré tendido en el polvo: 


me buscarás, y ya no existiré. 


(Job 17:20-21)


Todo es lo mismo. Y esto es lo que pienso: 


que él destruye lo mismo a culpables que a inocentes. 


Si en un desastre muere gente inocente, 


Dios se ríe de su desesperación. 


Deja el mundo en manos de los malvados 


y a los jueces les venda los ojos. 


Y si no ha sido Dios, ¿quién, entonces? 


(Job 9:22-24)


Siendo así que tú mismo me creaste, 


¿te parece bien maltratarme y despreciarme, 


y mostrarte favorable a los planes de los malos? 


¿Acaso ves las cosas como las ven los hombres? 


¿Acaso es tu vida tan corta como la de un mortal? 


(Job 10:3-5)


El hombre, nacido de mujer, 


tiene una vida corta y llena de zozobras. 


Es como una flor que se abre y luego se marchita; 


pasa y desaparece como una sombra. 


¿Y en este hombre has puesto los ojos, 


y contra él quieres entablar un juicio? 


(Job 14:1-3)


¿No son estas las mismas preguntas que nos hemos hecho en momentos de dolos? Quizá no recriminardole a una divinidad, pero sí cuestionandonos a nosotros mismos el porque de nuestro sufrimientos, que muchas veces parece injusto y otras tantas, irracional ¿Cual es la respuesta a este dolor y sufrimiento? Como los amigos de Job, hemos escuchado muchas veces que nuestra angustia proviene por nuestra causa. No podemos negar que muchas veces es así, pero otras tantas no tiene explicación ni justificación ¿Que explicación podemos dar a esa enfermedad incurable? ¿Porque alguien nace con trastornos genéticos incurables o hereda enfermedades de sus padres? ¿Porque ese accidente que causo la perdida de un ser querido? ¿Porque los azotes de la vida? Esos que más duelen, porque no esta es nuestra manos ocasionarlos, ni remediarlos, mucho menos controlarlos ¿Cual es la respuesta al sufrimiento del hombre? La Biblia da una respuesta en la continuación del Libro de Job y este será el tema de nuestro estudio en la próxima entrega.

La Biblia para ateos

La Biblia es un libro polémico. Una gran parte del mundo occidental lo acepta como la regla de fe con la cuál rige su vida. Otra gran parte le observa con recelo, por tener ideas peligrosas para el pensamiento moderno. Entre estos dos puntos de vista, existe una posición de apertura a sus enseñanzas, sin caer en el fanatismo religioso. No soy un experto en ciencias biblícas, pero siempre he encontrado en la Biblia un consejo preciso para muchas situaciones personales. Pero de la misma manera, escudriñando las Escrituras, he podido comprender mucho de lo que soy, como un occidental nacido en el Siglo XX. No cabe duda que sea o no de nuestro agrado, la Biblia ha modelado la vida del mundo moderno, y un intento por comprenderla nos traera un mayor conocimiento de nosotros mismo. Este pretende ser un espacio para todos aquellos que tienen una mente abierta y tienen una sana curiosidad por el libro más vendido en la historia de la Humanidad. La Biblia fue le primer libro impreso por Gutenberg y 500 años después no ha perdido su sitio como "best seller". No importa si se pertenece a una confesión judeocrístiana o si se es escéptico, ateo o irreligioso, la Biblia un vasto libro del cuál siempre se puede aprender.