miércoles, 11 de enero de 2012

Exiliado



Exiliado de la propia tierra prometida, que para mí mismo había construido, tendré que buscar mis rumbo, para hallarme, aunque sea en el último instante de mi vida. Que más hubiera querido, si no quedarme por siempre en mi huerto, comiendo de las manzanas de la vida. Pero elegí abrír los ojos, y ahora, el ángel guardían de mi memoria juró que no habría retorno. Desterrado de mi tierra, seré forajido, huyendo de mis propios pensamientos. Que no me alcanzace el pasado, y que si me alcanza, seis veces sea mi dolor vengado.


Compartiré mi destino con los fantasmas de otros errantes, que nunca sintieron que hubiera para ellos, sitio en esta tierra. Tendré de camuflajearme, de esconderme, de difrazarme, con las mascaras de otros. Diré que soy comunista, burgues, matemáticos, cristiano, ateo, ignorante. Prometo tratar de sentir que pertenezco. Pero al final, me sabré solo, porque quien existe a base de contradicciones, jamás encontrará reposo en las verdades eternas.


Espero llegar a viejo, que alguna esperanza tendré en que los años me fatiguen, y acabe rindiendome ante la felicidad que viene de los otros. Cuando mis fuerzas se acaben, y mi razón se fatigue de buscar un descanso.


Por ahora, me seguiré buscando, y seguiré buscando mi fe en algo que sea para siempre, aunque sea una de esas ideas que pronto pasará de moda. Trataré de inventarme un mundo, donde todo tenga sentido, empezando mi propia existencia. Y seré feliz, al saber que por fin, he encontrado el lugar a donde pertencezco.


Ahora estoy solo, y en esta intensa soledad me he descubierto, aunque sea por un instante.

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