miércoles, 11 de enero de 2012

No te extraño tanto



Tendré que ser sincero:

para cuando llego a tu casa,

por la noches,

no te he extrañado tanto.

Te despiertas conmigo,

con la forma de una almohada.

Me ayudas a preparar el café amargo,

y el pan tostado con mermelada.

Ahí vas en el camión,

apresurandome porque

se me ha hecho tarde.

Me distraes en las clases,

con tus cabellos que se

entrelazan en mis dedos,

y que me hacen chorrear

la taza de café espreso

en el escritorio.

Te sientas conmigo a comer,

y me miras con ojos

de premura,

mientras caliento todo

en el microhondas,

para despues

arrurarme,

mientras hace

digestión el aliento.

Me distraes mientras leo,

y me haces ver a cada

rato tu foto

en el perfil en Facebook.

Me llamas insistentemente al oído

para recordarme

que ya es tarde,

que debo ir a tu casa.

Y entonces llego,

y te veo,

y no te extraño tanto,

aunque te extrañe demasiado,

porque ya todo el día,

sin que lo notarás,

te he tenido conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario